Brasil se vistió con sus mejores galas y de forma colorida, espectacular y con su inconfundible música y cultura, realizó la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016, un evento que reúne a todo el mundo en torno a la deportividad del espíritu olímpico.

En medio de fuertes tensiones políticas, se temía que pudiera prosperar algún sabotaje al evento, más de 10 protestas se tenían programadas para llegar al lugar, sin embargo las fuerzas de seguridad controlaron la situación, que finalmente generó únicamente ligeros enfrentamiento disueltos con gas, y eso sí, una sonora rechifla para el mandatario temporal de Brasil, Michel Temer, quien estuvo en el palco de honor junto al presidente del Comité Olímpico.
Fue una hermosa ceremonia que fue describiendo la evolución de Brasil, desde su nacimiento en la inconmensurable selva amazónica, pasando por el dominio de las tribus, la colonización portuguesa, los siglos de esclavitud, llegando a la era moderna con sus típicas favelas y hermosos paisajes llenos de tradición y colorido.
Entre los participantes hubo grandes leyendas de la música brasileira, como Caetano Beloso y Gilberto Gil, quienes cantaron juntos, también fue especial el canto a capela de la multitud de “País Tropical” de Jorge Ben; igual de espectacular el paso de la supermodelo Gisele Bundchen, quien desfiló en solitario, imponente, mientras sonaba la emblemática “Chica de Ipanema”, interpretada por Tom Jobin, nieto del compositor original.
Juegos artificiales, baile, y bellas coreografías iluminaron el estadio Maracaná por varias horas, el mensaje de alerta sobre el calentamiento global también fue recurrente, así como las constantes evocaciones a un mundo más sustentable, haciendo un llamado a la reforestación del planeta.
Llegó el momento para las delegaciones olímpicas, cuyos abanderados también se encargaron de depositar semillas cómo símbolo de la reforestación, delegaciones como las de Cuba, México, España, Gran Bretaña y desde luego Brasil, se llevaron las mayores ovaciones de la noche, aunque la extensa duración de la ceremonia motivó a algunos deportistas a retirarse a la villa olímpica y comenzar su descanso ante lo que será una jornada trepidante de fin de semana, donde comenzará de lleno la lucha por las medallas.
La ceremonia de encendido del pebetero estuvo lejos de ser espectacular, aunque no por eso dejó de ser emotiva, el tenista Gustavo Kurten ingresó envuelto en lágrimas al estadio portando la llama que se encendió meses atrás en Olimpia, y que finalmente tras su largo recorrido por el mundo llegaba hasta las manos de Vanderlei Lima, el legendario maratonista que marchaba primero rumbo a la medalla de oro en Atenas, cuando un maniático lo derribó y contuvo, provocando su posterior pérdida de posiciones; fue él quien finalmente se encargaría de ascender por las escaleras finales, y encender la llama olímpica en lo que es el primer pebetero híbrido de la historia olímpica.
Regresan así, después de casi medio siglo los Juegos Olímpicos a América Latina, en el evento deportivo más importante del planeta, y que durante tres semanas estará siendo el escenario de emocionantes luchas por conquistar la gloria olímpica.