En un mundo cada vez más competido, dominado por grandes corporaciones, es difícil imaginar que simples ideas puedan convertirse en fructíferos negocios rentables, no obstante que el ejemplo de Cassandra Stavrou, una joven que abandonó su empleo y volvió a vivir con su madre para tratar de emprender un negocio propio de palomitas de maíz, nos muestra cómo aún es posible crear un fructífero negocio, a partir de una necesidad que no está del todo cubierta por el mercado.
Cassandra era una joven londinense como cualquier otra, tenía un buen empleo en una agencia de publicidad, no obstante que siempre tuvo la inquietud de emprender un negocio propio, y un día se decidió a intentarlo; no le importaba tener que volver a casa de su madre y trabajar a media jornada en un bar; la determinación para alcanzar el éxito era más grande que todo, y con mucha perseverancia y trabajo dedicado, logró crear un producto que se ha convertido en todo un éxito del mercado: las palomitas “de lujo” Propercorn.
Cómo iniciar un negocio
Arrancar una nueva empresa no es tarea sencilla, no obstante que Cassandra aprovechó su experiencia en publicidad para diseñar un plan y reunió un fondo inicial de poco más de 12 mil euros, y a partir de ahí comenzó con el lanzamiento de su marca, no obstante sobre la marcha descubriría que era más complicado de lo que parecía, principalmente porqué debía encontrar solución a muchos problemas sobre su producto: el primer gran reto fue encontrar una forma de preparación de las palomitas, mediante el cual no se tuviera la necesidad de cubrirlas con aceite, para de esta forma comercializar un producto, que además gozara de un buen nivel nutritivo y pocas características negativas.
Fue estando en su anterior trabajo que Cassandra notó que sus compañeros generalmente estaban desganados ya para trabajar en las últimas horas de la jornada, a la mayoría les hacía falta un tentempié para obtener calorías suficientes para tener el estómago lleno y mejor disposición para seguir trabajando; no obstante las únicas opciones eran las aburridas galletas y barras de chocolate que no eran nada saludables.
Las palomitas de maíz es algo que ya existe, sin embargo, motivada por el último regalo de su padre antes de fallecer, que fue una máquina para hacer palomitas, a Cassandra se le ocurrió que podría hacer unas con sabores más variados a los habituales, dándoles cierto toque gourmet, con sabores atrevidos e inusuales, y dándole también un giro nutricional al producto, para hacerlo aún más atractivo.
Innovación y determinación
Cuando al fin descubrió una fórmula de preparación, a través de una pistola pulverizadora, que las recubría con una fina capa de aceite de colza, para posteriormente mezclarlas con los saborizantes, el problema sería ahora, encontrar un fabricante que pudiera realizar el proceso a gran escala.
Fue en este lapso que se asoció con Ryan Kohn, un antiguo amigo, con quien consiguió ampliar el fondo de inversión, y diseñar un plan de negocios y marketing para ingresar en el mercado.
La primera oportunidad la tuvieron en la cafetería de Google en Londres, donde tenían un conocido, que les ayudó a ingresar su producto en la lista de casi 50 tentempiés que tenían para los empleados; sin embargo, el sabor, innovación y calidad del producto, le valió para convertirse pronto en el más popular de la cafetería, credencial con la que empezaron a expandir de forma enorme su mercado; a las pocas semanas no había quien se resistiera a vender el producto, el cual se volvía un éxito inmediato allá donde llegaba.
Para el año pasado, Propercorn generó ya ventas por 186 millones de dólares y mantienen una planta donde laboran más de 40 empleados; su plan de negocios ha sido todo un éxito y a partir de la reinversión de ganancias han podido continuar la expansión y crecimiento que actualmente los tiene haciendo planes para ser la mayor empresa vendedora de palomitas de maíz del mundo.
Excelente artículo, muy motivante. Solicitó un pedido de palomitas a México.
Saludos Cordiales.
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Muy interesante esta historia. Está claro que tenía muy claro lo que quería.
Un saludo
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Ojalá hubiera sabido esto hace unos años atrás 🙂 cuando comenzaba como emprendedor, gracias por tu artículo
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