Esta semana el gigante farmacéutico Pfizer, ha cedido después de años de presión y finalmente se ha manifestado tajantemente en contra del uso de sus productos en las inyecciones letales que se aplican en presos de los Estados Unidos; la empresa lanzó un comunicado señalando que dejará de abastecer sustancias que se utilicen con este fin, complicando aún más la implementación de la pena capital o pena de muerte.
De acuerdo al NyTimes, Pfizer era la última farmacéutica reconocida que aportaba algunas de las distintas sustancias que se utilizan para el coctel letal; la empresa recalcó que aunque seguirán vendiendo las sustancias para algunos clientes mayoristas; se hará bajo la estricta condición de no transferirlas para su uso en inyecciones letales, lo cual finalmente ha sido criticado por la compañía farmacéutica.
Aunque el desabasto de sustancias letales no es el único problema, en medios internacionales ha comenzado a generar polémica la efectividad de la justicia, en casos como el de Charles Flores, un inmigrante de origen latino, que será ejecutado en Texas este 2 de junio, a partir de una sesión de hipnosis como única prueba en su contra.
Charles Flores, está siendo acusado de la ejecución de una mujer de 64 años, no obstante, la investigación señala que quien disparó fue Richard Childs, un presunto cómplice americano que ya se encuentra en libertad; no obstante Flores, aunque no disparó y siempre ha defendido su inocencia, está siendo condenado a la pena capital, sin ningún otro elemento que un testigo que fue hipnotizado para tratar de recordar lo que vio.
Ha generado polémica que aún con la hipnosis el retrato hablado del presunto culpable no coincide en nada con Charles Flores, no obstante cuando estaba por ser liberado, y rompiendo todos los protocolos, el supuesto testigo recordó a Charles Flores y lo identificó en la sala del juicio, donde era el único latino presente, y aunque esto ha sido denunciado por organizaciones sociales, la ejecución ya es prácticamente un hecho.
Alternativas a la inyección letal
Texas es uno de los pocos estados que ha estado buscando obtener como sea inyecciones letales; primero intentó en la India pero fracasó, no obstante ahora a través de laboratorios privados secretos, es cómo que ha logrado obtener millonarias dosis de propofol, bromuro de pancuronio o cloruro de potasio, los cuales se emiten en estrictas condiciones de confidencialidad, lo cual también está siendo objeto de cuestionamientos, pues se desconoce el origen del producto, así como su costo.
En California, por ejemplo, esta misma semana salió a la luz una investigación de una ONG en contra de la inyección letal, que reveló algunos de los contratos millonarios que se estaban generando para obtener miligramos de dosis letales; esto ha generado particular interés, puesto que en California se tiene un largo litigio por el tema de las inyecciones letales, lo cual ha tenido esperando en el corredor de la muerte a decenas de sentenciados. La última vez que se aplicó una inyección letal fue en 2006; por lo que cientos de acusados permanecen en el limbo jurídico.
Ante estas complicaciones, Estados Unidos sigue afrontando críticas a su sistema de justicia, no obstante que la soberanía y radicalidad de algunos estados, parece estar determinada a mantener el mismo sistema de ajusticiamiento, así tengan que utilizar métodos alternos como el pelotón de fusilamiento, la asfixia o la silla eléctrica, los cuales, aunque ya no se usan, siguen siendo legales en varios estados.
Hola, que artículo más duro y realista. Tiene que ser terrible que si eres inocente te condenen. Saludos.
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